lunes, 25 de marzo de 2013

Capítulo 2.

Habla unos minutos con Ángela sobre lo que hará allí.
También tendré que estudiar física... 
Bag, eso no pasa nada. ¿Tienes amigos allí?
No, siempre me da vergüenza hablar con alguien allí.
 Vergüenza y Amanda son dos términos que no concuerdan. Ella es extrovertida, simpática y muy loca. Pero es cierto, que los primeros minutos de sus conversaciones con desconocidos son un tanto... tímidas. Y ella es así, al principio es muy tímida, pero a los pocos minutos se muestra tal y como es, la verdadera Amanda.
¿Tú, vergüenza? Tira y tira, anda... jajajajajja.
¡Es verdad!
Bueno, este verano conoce buenorros... Uno para mí. jajajajaja.
Jajajajaja, claro. ¿Y unos buenorros se van a fijar en mí?
Quién sabe, estás buenorra, love. jajajajaja
Bromean sobre lo que hará Amanda allí. ¿Conocer chicos? A ella le gustaría conocer a chicos y chicas, pero no cree que deba tener una relación, es demasiado pequeña.
Hablamos después, voy a echarme la siesta.
Amanda, ¡si te has levantado a las doce! Eres una dormilona.
Pero me quieres :).
Eso ya lo sabes <3.
Quita el Wifi de su BB y se duerme en el sofá, viendo La que se avecina.
-Amanda, despierta de una vez, llevas dos horas durmiendo.
La voz de Rosa impide que Amanda vuelva a cerrar sus ojos, repite su nombre mil veces, impidiendo que duerma de nuevo.
-¡Ya voy, ya voy! - Se despierta estirándose, y después de estar unos minutos con los ojos cerrados sentada en el sofá, los abre y finalmente se despereza.
Son las seis de la tarde. Enciende el Wifi y manda un mensaje a Ángela.
Me acabo de levantar. Voy al insti a soltar los libros, que hoy es el último día. ¿Me acompañas?
Por supuesto, dentro de diez minutos estoy en tu house :).
Y así es, a los diez minutos, tan puntual como siempre, Ángela está tocando a la puerta de Amanda. Abre su madre, la tardona de Amanda no ha terminado.
-Pasa y la esperas, está lavándose los dientes.
Amanda no responde, es muy tímida con sus padres, pero con su amiga... no hay comparación.
-¡Perdón, perdón! Es que me tenía que desperezar... -Grita Amanda desde el piso de arriba, mientras va bajando las escaleras sonriente.
Al bajar, recoge los libros que están en la mesa del recibidor, todos menos uno, el que tendrá que estudiar durante todo el verano, Física y Química. Ángela lleva los diez libros, no le ha quedado ninguna.
Caminan unos cinco minutos hasta llegar al instituto, abarrotado de gente.
-¿Ves? Sabía que no íbamos a ser las únicas en venir el último día... Todo el mundo está aquí. -Dice Ángela riendo. Saludan a algunos amigos, y después se dirigen hacia la cola para entregar los libros. Pero justo antes de llegar, un chico alto, rubio y con ojos marrones, se choca con Amanda. Sus libros caen al suelo, mientras los recogen, Amanda lo mira a los ojos, es muy guapo. Imagina una historia de amor a lo estado unidense, película típica. Ella, tan soñadora como siempre. Antes de que pudiera decir nada, al menos presentarse, ese chico había abierto el pico.
-Mira por dónde vas, gilipollas. -Dice mientras recoge los libros y se marcha.
Los labios de Amanda muestran una 'o' gigante. Está boquiabierta. No es su culpa, hay demasiada gente y se iba a disculpar antes de que el chico mostrara su poca vergüenza. Mira a Ángela, ésta ríe mientras la anima.
-Ese chico es gilipollas, qué maleducado. -Ríe y ayuda a recoger los libros de Amanda.
Pasan unas horas en esa interminable cola, hasta que finalmente es su turno. Amanda le ofrece a Ángela que pase primero, que acepta. Ella se queda en la puerta, esperando a que su amiga salga.
-Te toca. -Dice sonriendo a Amanda.
Entra en la habitación llena de libros de todos los cursos de su instituto. Deja los libros en la mesa y alza la vista para contemplar de quién se ocupa de revisarlos. ¿Y quién es el que se encarga? Lo que le faltaba, el de FyQ.
-¡Pero mira a quién tenemos aquí! -Dice José mientras mira a Amanda. -Bueno, qué ilusión, estudiar física todo el verano, ¿eh?
Amanda pasa la mano por sus mejillas. José escupe al hablar, una de las mil cosas que odia.
-Límitate a revisar los libros, tengo prisa.
José la mira boquiabierto. Después de haberla puteado durante nueve meses, le había contestado. Revisa cada uno de ellos, fijándose en todo lo que había dentro de ellos, a causa de su contestación hacia él.
-Este tiene un rayajo. -Dice mientras señala el de Religión.
-Estaba así.
-Ah, ¿en serio? Pone Don José cabrón.
-Pues yo no lo he puesto.
José sonríe y termina de revisar todos.
-Está bien, te puedes marchar. -La despide con una sonrisa. Amanda sale por la puerta y escucha lo que termina diciendo José, riendo. -¡Nos vemos en septiembre!
-¿Cómo ha ido? -Pregunta Ángela al verla reír.
-Bien bien, ya sabes cómo es Pepe.

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