miércoles, 10 de julio de 2013

Capítulo 7.

Diez de la mañana de nuevo. Hoy Amanda está más cansada, ya que se quedó hasta las cuatro de la mañana hablando con Ángela.
Se levanta de la cama y se coloca una camiseta de manga corta con las palabras "Smart". El único pensamiento que tiene es: "¿Smart? ¿En qué estabas pensando al comprarte esta camiseta? No eres demasiado lista si te queda Física y Química..." Se enfunda de golpe unos pantalones denim de varios colores y sus vans azules.
-¿Quieres desayunar? -Dice su tío cuando está abajo.
-No, gracias. Voy directamente a la playa.
-Te llevo yo. -Dice mientras esboza una sonrisa y coge las llaves del coche de la mesa.
Al pasar diez minutos, el paisaje se resume en un sol radiante con brisa marina y muchísima gente con skates, patines, tablas de surf o simplemente caminando por el paseo marítimo.
-¿Llevas el móvil?
-Siempre conmigo.
-Cuando termines, me llamas, ¿de acuerdo?
Asiente con la cabeza y después su tío se marcha.
Examina la playa para encontrar el chiringuito de Eduardo. Un poco complicado, ya que hay como diez chiringuitos. Se quita las vans y entra a la arena con los libros de Física y Química en la mano. 
"Genial, se pensarán que soy tonta." Repite una y otra vez en su cabeza.
Al pasar por el sexto chiringuito, el cartel muestra unas letras en color azul añil con la palabra "Eduardo's", "supongo que ese es el chiringuito de Eduardo, lógica."
-Hola, ¿eres Eduardo?
-Sí, creo que es bastante evidente. -Dice sonriente mientras señala el cartel y limpia un vaso con una servilleta blanca.
-Soy la sobrina de José y María.
-Ah, ¿tú eres la hija de Rosa?
La chica asiente con la cabeza.
-¿Qué quieres tomar? Invita la casa.
-Una coca-cola.
Se vuelve hacia el congelador y saca una coca-cola, después, le quita la chapa y me la sirve junto a un vaso de tubo con dos hielos.
-¿Y qué haces en Barcelona?
-He venido a estudiar Física y Química, mi pueblo es una mierda.
-Pues estás invitada aquí cuando quieras.
-Gracias.
Se dirije hacia la esquina del chiringuito, saca el libro y empieza la rutina que le espera durante todo el verano.
Al pasar las dos horas, ya son las una de la tarde, ya que ha llegado a las once a la playa.
-Me voy a casa Eduardo, muchas gracias. ¡Nos vemos mañana!
-¡Hasta mañana, entonces!
Sale del local de nuevo con las zapatillas en las manos y se dirije hacia la entrada de la playa. 
La canción de "What Makes You Beautiful" de One Direction suena en modo risas. Algunas personas la miran al oír tal canción y algunas chicas de su edad la tararean. Saca el móvil del bolsillo tan rápido cómo puede para no crear más risa, y al no tener cuidado, el móvil cae a la alcantarilla que hay a unos centímetros de ella. 
-Nooooooo. -Grita. Tan alto, que después se arrepiento. La gente la mira, ríe y algunos sueltan un "pobrecita" de sus bocas.
Se agacha hacia la alcantarilla y mueve los barrotes una y otra vez. Pero nada vale, la alcantarilla no se abre. 
Una mano le toca el hombro y se vuelve para descubrir quién es. Unos ojos verdes la miran directamente, mientras que su pelo moreno, rizado y mojado cae en su frente. Su dorso está desnudo, sólo protegido con unas gotas de agua que corren dispersas por él. Sus piernas están adornadas con un bañador de muchos colores, que le llega a las rodillas; y sus pies con unas chanclas negras. En su mano derecha sostiene una tabla de surf.
-Hola. -Dice con una sonrisa.
-Hola.
-Tranquila, esto me ha pasado millones de veces. ¿Me la sostienes?
-¿El qué? -Pregunta Amanda boquiabierta.
-¡La tabla! -Dice a carcajadas.
-Ah, claro. -Ríe ella.
Se agacha y saca unas llaves de su bolsillo. Después introduce una en una rendija y la alcantarilla se abre de golpe.
-¿De veras quieres recuperar tu móvil? No merece la pena meter la mano ahí.
-Claro, ¿y cómo vuelvo a casa?
-Te acompaño en autobús.
-No, gracias. 
-Te dejo mi móvil entonces para que llames a alguien. -Dice mientras se va hacia un grupo de chicos y le pide algo a uno de ellos. El rubio accede, y saca de su mochila un móvil color negro de última generación.
-Toma, llama a quien quieras. -Continúa diciendo cuando vuelve.
Amanda marca el móvil de su tío, y a los pocos minutos, cuelga el teléfono.
-¿Qué, vienen a por ti?
-Sí, en diez minutos están aquí, gracias.
Cuando Amana se marcha para sentarse en un banco próximo, la sigue y se sienta a su lado.
-En diez minutos podemos conocernos un poco. Me llamo Hugo.
-Amanda.
El chico se avalanza hacia ella y deja dos besos en cada una de sus mejillas, haciéndose que ella se ponga roja.
-Bueno... y... ¿cuántos años tienes?
-Dieciséis. Casi diecisiete. ¿Tú?
-Diecinueve. Soy un poco mayor para ti, aunque me gustan las dieciseañeras casi diecisieteañeras.
Vaya, esa horrible sensación otra vez, tiene la sensación de que le van a estallar las mejillas.
-¿Vives por aquí?
Típica frase de ligoteo de las pelis americanas.
-No, soy de un pequeño pueblo de Málaga.
-Ajá, Málaga. Es una ciudad muy bonita y las chicas son muy guapas por allí.
Pero, ¿y este chico? Si una cosa tenía clara es que no perdía el tiempo.
Un ruido molesto interrumpe la conversación, el pito de un coche.
-Vaya, ahí está mi tío. Bueno, un placer Hugo.
-Igualmente, seguro que nos volvemos a ver algún día.

-¿Qué, cómo ha ido?
-Bien, bien. Debo ir a comprarme un móvil, lo antes posible.
-Ahora mismo si lo deseas. -Dice José mientras arranca el coche y pisa el acelerador.

1 comentario:

  1. me gusta? hey no esa palabra es muy chica, me encanta es mas me fascina. quiero el capitulo 8 yaa, me has dejado intrigada, quiero leer cuando le cuente lo sucedido a Angela. soy tu nueva lectora fans :3 :)

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